Por José R. Martínez
Marzo 4, 2025
Huautla, Hgo. – El amor es una fuerza que trasciende el tiempo. No entiende de edades, de arrugas ni de calendarios. Y este 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, don Benito y doña Margarita nos regalaron una lección de vida inolvidable: nunca es tarde para dar el paso cuando el corazón sigue latiendo con la misma emoción del primer día.
Con 88 y 85 años respectivamente, esta pareja originaria de la comunidad de Vinazco decidió que el momento había llegado. Después de décadas juntos en unión libre, tomaron de la mano su historia y acudieron a las bodas colectivas organizadas por la Presidencia Municipal para darle un sello oficial a su amor.
Mientras el oficial del Registro Civil, Lic. Zenón de la Cruz Martínez, pronunciaba las palabras protocolarias, doña Margarita miraba a don Benito con la ternura de quien ha compartido una vida entera. Él, con una sonrisa tímida pero llena de emoción, le correspondía. No había dudas: estaban felices, viviendo un momento que jamás imaginaron, pero que ahora se convertía en una realidad imborrable.
Su historia fue el alma de la ceremonia, donde siete parejas más se unieron en matrimonio en un evento encabezado por el presidente municipal, Ing. Jorge Alberto Hernández Cortes, y su esposa, Profra. Yadira Naranjo Ramírez, presidenta del Sistema DIF Huautla. Ambos coincidieron en que la familia sigue siendo el pilar de la sociedad, y que dar certeza jurídica al amor es también una forma de fortalecer los lazos comunitarios.
El protocolo contó con la presencia del secretario general del Ayuntamiento, Prof. Salomón Ramos Silva, integrantes de la Asamblea Municipal y funcionarios locales. Pero más allá de los discursos y las formalidades, el momento más emotivo llegó cuando, tras el "sí, acepto", las parejas recibieron el cálido abrazo de sus seres queridos.
Para celebrar, el alcalde y su esposa ofrecieron una comida típica de la región, en un ambiente de alegría y gratitud, en honor a los recién casados.
Hoy, don Benito y doña Margarita nos recuerdan que el amor verdadero no envejece, no se apaga y, sobre todo, nunca deja de sorprendernos. Porque el amor, cuando es real, no tiene prisa… pero siempre encuentra su momento perfecto.