Por José R. Martínez
Marzo 4, 2025
Molango de Escamilla, Hgo. – Molango no solo es un destino, es una experiencia sensorial donde cada bocado cuenta una historia y cada platillo es un vínculo con la tradición. Aquí, la cocina no es solo alimento, es cultura, identidad y orgullo. Empanadas de alberjón, queso rojo y tecocos pintos de frijol no son simples recetas, son el testimonio vivo de un pueblo que ha sabido preservar su esencia a través del tiempo.
Pero si hay un platillo que nunca podría faltar en esta mesa de sabores auténticos, es el mole, una de las joyas más representativas de la gastronomía mexicana. En Molango, este manjar es preparado con el toque único de las cocineras locales, conquistando paladares y narrando la historia de generaciones que han transmitido su sazón como un legado invaluable.
Más allá de su riqueza culinaria, lo que realmente distingue a Molango es la visión de una mujer que ha sabido proyectarlo como un referente ineludible de la Sierra de Hidalgo. La presidenta municipal Isabel Ramírez Mercado ha hecho del turismo una prioridad, posicionando a su municipio como un destino obligado para quienes buscan descanso, historia, sabor y tradición en un mismo lugar.
Bajo su liderazgo, Molango no solo se ha fortalecido con eventos que celebran su identidad, sino que ha logrado atraer miradas y reconocimiento. Las festividades de Todos los Santos (Xantolo) son testigos del arraigo cultural del municipio, mientras que el Carnaval 2025 promete ser un espectáculo sin precedentes, consolidando aún más la identidad festiva de la región.
Y en el corazón de todo esto, la gastronomía sigue siendo la insignia que distingue a Molango como un destino auténtico y lleno de historia.
Este esfuerzo no es aislado. La Dirección General de Productos Turísticos y Pueblos Mágicos, encabezada por el Mtro. Efrén Ángeles, en compañía de la presidenta municipal Isabel Ramírez Mercado, trabajan para fortalecer el turismo gastronómico en Hidalgo y posicionar a Molango como un destino Pueblo con Sabor.
El camino hacia este distintivo no es solo una aspiración, es un reconocimiento que Molango ya merece. Porque aquí, cada platillo es un homenaje a la herencia de su gente, cada celebración es una muestra de su grandeza, y cada visitante se lleva consigo el mejor recuerdo: el sabor incomparable de un pueblo que sabe conquistar el alma a través de la comida.